Teniendo en cuenta los Objetivos del Desarrollo Sostenible, fijados por la Agenda 2030, se han de emprender avances colaborativos entre diversos agentes sociales: administraciones públicas, sector privado, sociedad civil y ciudadanos. El desarrollo sostenible se enfoca en cuatro líneas: económico, social, cultural y ambiental. Para el desarrollo de nuevas capacidades se precisa tener en cuenta las necesidades de la población en general, atendiendo a los colectivos vulnerables y poniendo en marcha el diálogo interdisciplinar, inter-generacional, así como nuevas fórmulas de economía que cuiden y nutran los ecosistemas naturales y pongan en valor la diversidad biológica, cultural, económica y tecnológica de las comunidades.
El siglo XXI pide soluciones colectivas a problemas globales. Para desarrollar nuevas ideas se requiere una conciencia colaborativa que privilegie la cooperación frente a la competencia y que tenga en cuenta que la investigación, la creación y la innovación necesitan ser puestas al servicio de los cuidados y la preservación de la vida en todas sus formas y manifestaciones sociales y culturales.
Sus líneas temáticas se enfocan en conocer y dar a conocer estilos de vida saludables y sostenibles; en desarrollar proyectos que los hagan comprensibles y aplicables desde la perspectiva de la Educación y la Comunicación (Educomunicación).
Sus valores están enfocados en transitar desde modelos materialistas, denunciados por esquilmar o despreciar los bienes comunes y utilizar las capacidades, el tiempo y los recursos de los seres humanos de formas injustas, hacia formas de vida más respetuosas con la tierra, con el agua, con el aire; hacia el respeto de todas las formas culturales que garanticen convivencias pacíficas entre las comunidades humanas y con el resto de seres vivos del planeta.